POR QUÉ (SABEMOS/CREEMOS QUE) NUESTRAS TÉCNICAS DE PSICOTERAPIA VALEN PARA TODO EL MUNDO (Y PARA TI TAMBIÉN)

Vamos a hablar en el lenguaje extraterrestre (especializado) durante dos párrafos:
Todas las técnicas de orientación cognitiva (las destinadas a transformar el pensamiento, basadas en que cambiar aquél transformaría las emociones, vistas éstas como síntomas) fueron criticadas porque, al estar basadas en el lenguaje, la capacitación lingüística del sujeto podía ser una variable interfiriente. Así como porque muchos sujetos serían incapaces de mantener el foco de atención necesario como para que las técnicas fueran eficaces.
Esta segunda crítica también se le ha hecho a las técnicas orientadas a trabajar con la persona en un estado ampliado de consciencia (hipnosis, focusing, meditación, técnicas psico- corporales, etc.)
Desde hace algunos años, trabajamos fundamentalmente con este tipo de técnicas. Y cuando utilizamos técnicas de trabajo con sueños, cognitivo-constructivistas, gestálticas, conductuales, etc. Lo hacemos con el sujeto y el terapeuta en estado ampliado de consciencia.
Vale, ahora volvemos al lenguaje coloquial.
¿Cuál sería la persona ideal para trabajar con nuestras técnicas durante una psicoterapia? Una persona acostumbrada a dirigir su foco de atención al flujo de consciencia (pensamientos y experiencia interna) y bendecida con la cualidad de no ejercer ningún tipo de resistencia (incluyendo el ignorarla, intentar expulsarla o distraerse moviendo su foco de atención) hacia ella. Especialmente hacia las sensaciones sentidas de sus emociones (bloqueo neuromuscular, opresión torácica, pálpitos, espasmos, etc)
Pues no sabemos si es casualidad pero sabemos que nunca hemos conocido a nadie así! O, al menos, no ha venido a pedirnos ayuda.
Entonces, ¿Cómo hemos conseguido ayudar a tanta gente? En parte, porque somos perros viejos y sabemos manejar la relación terapéutica. Pero, sobre todo, porque adaptamos nuestras técnicas a las necesidades de la persona. Todas nuestras técnicas, decíamos antes, las practicamos con la persona dirigiendo su foco de atención a las sensaciones corporales de sus emociones. Quizás alguien piense: “sí, hombre, y ¿a esa persona que se sienta y no para de moverse, que tiene movimientos rápidos de ojos y desconfía de todo?” Pues a esa persona igual que a las demás.
¿Cuáles son las claves? Todas somos capaces de orientar el foco de atención a una sensación corporal. Hay personas que acuden realmente desbordadas. Y quizás el primer día nos conformemos con pedirles que se pongan una mano en el pecho y cuenten cuántas veces sube y baja el pecho. O, incluso tengamos que darles (previo consentimiento) la mano y pedirles durante unos minutos que nos la aprieten.
Lo más habitual es que la persona acuda agitada, con un foco de atención muy móvil. Sin problema, le damos tareas donde combine movimiento y focalización. Pocos días después, si practica con el ejercicio que le aportamos, su foco de atención ha aprendido a centrarse, aunque sea durante unos segundos. Suficiente. Si vemos que hemos ejercido mucha presión, damos un paso atrás y utilizamos otra técnica más externa. Sin problema, ya habrá momentos de volver a acercarnos hacia un estado ampliado de consciencia.
La segunda clave la nombrábamos más arriba: el o la terapeuta entra en estado ampliado de consciencia.
¿Significa esto que el terapeuta hace clic con los dedos y queda sumergido en un agradable estado de flipar mientras el sujeto sigue dando botes en su butaca? Claro que no. Significa que tenemos la capacidad de sentirnos y sentir y aceptar el eco emocional de la persona en nuestros propios cuerpos. Eso nos permite facilitarle enormemente su tarea al sujeto.
¿Y si la persona decide hacer lo opuesto a lo que le propones? Pues puede ser un momento interesante para explorar qué diferentes emociones y qué partes de sí misma se activan, aceptándolas en su totalidad y abriéndonos a sus sensaciones para que la intuición del paciente se acerque a integrar y comprender las necesidades que están siendo cubiertas.
¿Y si la persona decide negarse a orientar el foco, a hacer las tareas para casa, a explorar en absoluto sus sensaciones, a venir a consulta porque cree que puede haber algún otro método (científico o mágico) “más mejor”? Pues le deseamos mucha suerte y le acompañamos hasta la puerta.
¿QUÉ PASA CUANDO LA PERSONA DICE “NO ME SALE”, “NO SOY CAPAZ”?
Esto es muy frecuente. Puede ser que crea que no es capaz o que no le sale, pero la inmensa mayoría de las veces es porque la persona le está exigiendo a su sensación que se vaya de ahí (y la sensación sonríe y se amplifica), porque en el fondo cree que no debería nunca sentir nada incómodo o porque ha cambiado nuestras instrucciones por las que él o ella considera más adecuadas. Por ejemplo:
– Cliente: Me puse a hacer la técnica y al poco se me tensó el
cuello y los hombros, no he conseguido relajarme, y eso que tú me decías “relájate, relájate”
– Terapeuta: Noooo… Jamás te propuse que te relajaras, no es el objetivo. El objetivo es conectar foco de atención y sensación
emocional. Si encuentras taquicardias, bienvenidas sean.
– Cliente: Es que no me gusta sentir eso.
– Terapeuta: Ya, es que pueden ser muy desagradables, verdad? Como tener agujetas cuando haces deporte, la anestesia del dentista o el vientre hinchado en la cena de Nochebuena. Pero es lo que hay! Elegimos hacerlo! Pues toma la decisión correcta también con tu emoción

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